SIGNIFICADO EMOCIONAL DE LAS ADICCIONES

¿Qué nos dice el alcoholismo sobre la nutrición emocional en la relación con mamá?

En la descodificación emocional, todas las adicciones hablan de dolores y heridas muy profundas. No son simplemente hábitos de escape o búsqueda de placer. Se consideran símbolos de una profunda desconexión con el alma y carencias emocionales no resueltas, muchas veces ligadas a los vínculos primarios con los padres, sobre todo con la madre. El alcoholismo, en particular, se interpreta como una manifestación de la falta de nutrición emocional materna, real o simbólica. 

Durante los primeros meses de vida, el bebé no solo recibe alimento físico, sino también amor, seguridad y conexión emocional a través de la madre. Si esta nutrición emocional se percibe como insuficiente, el adulto puede buscar compensarla a través de sustancias como el alcohol. Este se convierte en una "leche simbólica" que alivia momentáneamente el vacío emocional, ofreciendo una sensación de protección y calma que quizás nunca se experimentó plenamente.

¨ El alcoholismo, por ejemplo, es el rechazo hacia uno mismo, es un gran sentimiento de desvalorización. En muchas ocasiones, las personas alcohólicas, fueron hijos no deseados, aunque haya sido por un segundo.  Por lo tanto, aunque luego sean hijos muy queridos, queda una emoción guardada en el inconsciente que le dice a la persona: ¨ tu padre, tu madre no te ama, todo el amor que te demuestra es falso ¨. Por lo tanto, la persona busca hacerse daño y ser víctima para retar al padre o la madre a ¨ que lo amen ¨              Sui Me Chung


La adicción busca evadir la realidad. Quien está en esta condición, no sabe expresar como se siente y al tomar queda en un estado que de alguna manera expresa sus ganas de atención, su ansiedad de ser amado y ser visto.  

Bert Hellinger, reconocido por su trabajo en las constelaciones familiares, destacó que muchas adicciones encuentran su raíz en el vínculo entre padres e hijos, especialmente en la relación entre la madre y el padre. Según él, “la adicción se crea cuando la madre desprecia al padre y le transmite al hijo la idea de que no viene nada bueno de él, sino que solo de ella. Entonces el hijo toma tanto de ella, que le hace daño. Se venga de la madre por no permitirle tomar nada del padre”.

Además, el inconsciente, en su tendencia a llevarnos de vuelta al lugar donde perdimos la felicidad, nos hace repetir patrones. Por ejemplo, si mi felicidad se perdió en el abandono de mi padre, cuando se alcoholizaba hasta perder la razón y ausentarse por completo, muchas veces después de ser violento con todos en casa. Es probable que a lo largo de mi vida repita esa experiencia de manera inconsciente una y otra vez, buscando entrar en estado de embriaguez, como lo hacía el padre. Esto sucede porque, cada vez que revivo ese dolor, me conecto con la herida original de abandono que experimenté con mi padre. Es una forma, aunque dolorosa, de mantener un vínculo con él, especialmente si no he trabajado en sanar esa herida. 

Una adicción puede ser también por lealtad a un familiar. Un familiar alcohólico que incluso muchas veces ha sido excluido de la familia por su adicción.  Y este nuevo integrante de la familia que repite esta lealtad, grita al clan que lo amen, reta a toda la familia a amarlo como no se supo amar al excluido, sobre todo a mamá que le dice, mama: cárgame, cobíjame, cuídame. 

Las adicciones y sus vínculos emocionales

Cada adicción puede revelar un conflicto emocional diferente. Según la descodificación emocional, las sustancias que consumimos reflejan simbólicamente una necesidad o trauma no resuelto:

  1. Alcohol:
    • Conflicto: Falta de nutrición emocional materna.
    • Etapa simbólica: Lactancia, búsqueda de consuelo y seguridad.
  2. Cocaína:
    • Conflicto: Falta de validación o fuerza paterna.
    • Emoción: Necesidad de poder y reconocimiento.
  3. Nicotina:
    • Conflicto: Temor a la soledad o abandono.
    • Emoción: Necesidad de calidez y conexión.
  4. Comida en exceso:
    • Conflicto: Carencia afectiva, necesidad de "llenar vacíos".
    • Emoción: Ansiedad y búsqueda de control.
  5. Heroína:
    • Conflicto: Dolor emocional profundo y necesidad de desconexión total.
    • Emoción: Deseo de regresar a una sensación de protección absoluta.
  6. Juego compulsivo:
    • Conflicto: Búsqueda de validación externa.
    • Emoción: Falta de confianza en la propia capacidad.

Bert Hellinger: las adicciones y las lealtades familiares

Desde la perspectiva de Bert Hellinger y las constelaciones familiares, las adicciones a menudo son una forma de mantener lealtades invisibles con el sistema familiar. Por ejemplo, el consumo de alcohol podría simbolizar un intento inconsciente de aliviar un dolor que pertenece a la madre o al padre, o incluso a generaciones anteriores. Hellinger destaca que cuando una adicción aparece, es esencial mirar hacia las dinámicas familiares y sanar los vínculos con amor y aceptación.

Las adicciones según Sui Mei Chung

En su libro Sanarás cuando decidas hacerlo, Sui Mei Chung describe ampliamente cada adicción en relación con un conflicto emocional específico. Ella explica que el proceso de sanación comienza cuando decidimos enfrentar esas heridas desde la consciencia. Este enfoque resalta la importancia de la introspección y la voluntad personal para liberar las cargas emocionales que nos llevan a los comportamientos adictivos.

¿Cómo avanzar hacia la sanación emocional?

La sanación de las adicciones no es inmediata ni sencilla, pero es posible cuando reconocemos su origen emocional y asumimos la responsabilidad de nuestro proceso. Algunas recomendaciones:

  1. Reconocer la raíz emocional:
    Identificar qué carencias o heridas emocionales están detrás de la adicción es el primer paso. Esto puede lograrse a través de terapia especializada en descodificación emocional, constelaciones familiares o bioneuroemoción.
  2. Sanar la relación con los padres:
    Explorar y liberar los conflictos con la madre y el padre, aunque ya no estén presentes, es clave. Esta sanación no siempre es literal, sino simbólica, y puede implicar procesos internos de perdón y reconciliación.
  3. Buscar apoyo emocional:
    La sanación no tiene por qué ser un camino solitario. Grupos de apoyo, terapia y técnicas como la meditación ayudan a procesar emociones y encontrar recursos internos.
  4. Cultivar la paciencia y el autocuidado:
    Cada persona lleva su propio ritmo. La sanación no es lineal, pero con compromiso y amor propio, el progreso es posible.

Reflexión final

Las adicciones no son una condena ni una debilidad, sino una señal de que algo dentro de nosotros necesita atención, amor y sanación. Entenderlas desde una perspectiva emocional nos invita a mirarlas con compasión, reconociendo que detrás de cada comportamiento hay un ser humano que busca llenar un vacío.

Sanar es un acto de valentía, y aunque el proceso puede ser desafiante, también es profundamente transformador. Al tomar consciencia de nuestras heridas y trabajarlas con dedicación, podemos liberarnos de patrones dañinos y vivir una vida más plena.

¿Estás listo para dar ese paso hacia tu sanación? Solo tú tienes el poder de decidir cuándo y cómo empezar, y ese momento puede ser hoy.

Te recomiendo leer el libro de Sui Mei Chung - Sanarás cuando decidas hacerlo, donde la autora habla ampliamente sobre las adicciones y las heridas de infancia. 

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