La mayoría de las enfermedades, síntomas y dolencias de todo tipo, incluso los accidentes, tienen una emoción oculta.
La descodificación emocional nos invita a preguntarnos sobre la enfermedad y sobre el síntoma: ¿de qué me sirve esta enfermedad?, ¿qué me permite?, ¿a qué me invita?, ¿de qué me habla este síntoma?
El Alzheimer, por ejemplo, permite no tener ya responsabilidades. Nos habla de una persona que antes hacía todo por los demás y ya renuncia a eso. Permite ser insensible al entorno y a las emociones. Ya no me duele porque ya no recuerdo, es más fácil vivir como si ya no estoy, vivir abstraído de la realidad.
El hipotiroidismo nos habla de un conflicto con el tiempo; no puedo sincronizar, me falta tiempo o se me acaba el tiempo sin lograr lo que me propongo. También habla sobre la comunicación. Es un conflicto hereditario del linaje materno.
La artritis nos habla de una gran desvalorización, sentimiento de culpa y de un conflicto con la dirección de la propia vida. También está asociado a cierto nivel de rigidez mental. Que sea en las manos nos hace la pregunta: ¿estoy haciendo lo que realmente quiero hacer? Cuando es en las rodillas nos invita a hacer la pregunta: ¿ante qué o quién me estoy arrodillando? Y que sea reumatoide nos habla de un conflicto transgeneracional, lo que significa que se hereda un conflicto no resuelto de un ancestro y con el conflicto se hereda la enfermedad.
El cáncer de mama a menudo está relacionado con conflictos sobre la maternidad, la feminidad, protección y autocuidado. Los senos tienen la función de alimentar y nutrir a los hijos. Una madre, cuando está lactando o amamantando un hijo, puede sentir en sus senos cuando éste tiene hambre y automáticamente empieza a producir leche. Por esto el rol materno se ve involucrado cuando se trata de los senos. Cuando se habla de maternidad hay que tener en cuenta también a los hijos simbólicos, las mascotas, los hermanos, y cualquier otra relación que se desenvuelva desde un rol materno. Por otro lado, también puede estar relacionado con la pareja, ya que esta también puede llegar a necesitar ser nutrida o cuidada. La clave para determinar si son los hijos o la pareja será la lateralidad. Además, varios estudios demuestran la relación del cáncer de mama con emociones reprimidas como el resentimiento, la tristeza profunda y el miedo.
El estómago, además de comida, recibe, todo tipo de situaciones, conflictos, alegría, tristeza, estrés, rabia, angustia, miedo y demás cosas que se tragan, pero no se logran digerir. Condiciones como la gastritis y las úlceras suelen asociarse con la incapacidad de aceptar, tragar, "digerir" ciertas experiencias emocionales, un acontecimiento, una persona o situación que genera estrés y ansiedad crónica.
Una hernia responde a la necesidad de cruzar los límites o no cruzarlos para conseguir algo que de otra forma sería imposible. Algo se encuentra fuera de lugar. Si se trata de una hernia discal, la palabra clave es la presión. La persona puede sentir presión a nivel de sus responsabilidades familiares, laborales o financieras, es como si ejerciera presión sobre sí mismo sobrepasando los limites. La presión puede venir de uno mismo, de la pareja, de un jefe o alguna otra fuente. La persona puede sentir la sensación de estar solo, no tener apoyo en la vida o tener la duda de si contarle o no a los demás que se siente así. La ubicación de la hernia también va a hablar del conflicto.
Como vemos, la relación entre cuerpo y mente es tan estrecha que los conflictos emocionales pueden manifestarse en enfermedades físicas, tal y como lo postula el Dr. Ryke Geerd Hamer en su teoría sobre las 5 Leyes Biológicas, donde afirma que las enfermedades se originan a partir de un evento traumático vivido en soledad y percibido como algo sin solución. Este impacto emocional afecta una zona específica del cerebro, que a su vez, desencadena cambios en el órgano correspondiente, conduciendo a la manifestación de la enfermedad. Hamer sostiene que comprendiendo y resolviendo el conflicto emocional se puede mejorar, o incluso, revertir el proceso de la enfermedad.
La descodificación emocional es un proceso terapéutico que busca identificar y resolver los conflictos emocionales bloqueados que contribuyen a los problemas de salud. Se basa en la idea de que las emociones no expresadas y los traumas no resueltos pueden causar bloqueos energéticos y manifestarse como enfermedades físicas. Esta práctica destaca la importancia de considerar el cuerpo y la mente como un todo integrado, proporcionando una visión más completa y efectiva del cuidado de la salud.
El proceso comienza con una evaluación detallada de los síntomas o el historial médico y emocional del consultante. Esto incluye una revisión de síntomas físicos, emocionales y de patrones de comportamiento a través de la historia familiar.
El terapeuta busca a través de una conversación consciente explorar la historia personal y familiar del consultante, identificando eventos traumáticos que se han repetido en los ciclos biológicos memorizados, conflictos emocionales bloqueados, patrones recurrentes o programas y lealtades familiares que pueden estar contribuyendo a sus síntomas físicos.
Hoy en día, este tipo de terapias están ganando reconocimiento como métodos complementarios para tratar diversas enfermedades, ya que ayuda a las personas a reconectar con su bienestar natural y experimentar una mejora en su salud física y emocional al liberar las emociones reprimidas y resolver los conflictos internos.
Vale la pena resaltar que este enfoque no reemplaza la medicina tradicional, la complementa proporcionando una visión holística de la salud.
Una de las ideas centrales en la descodificación emocional es que no heredamos la enfermedad en sí, sino los conflictos emocionales que pueden predisponernos a ciertas condiciones. Esto significa que los patrones emocionales y de comportamiento que aprendemos de nuestros padres y abuelos pueden influir en nuestra salud.
Esto se puede profundizar estudiando el trabajo realizado por el Dr. Bruce Lipton con la epigenética, que estudia la forma en que el ambiente y las experiencias afectan la expresión genética. Cambiando el entorno y contexto de una persona, incluidos sus pensamientos y emociones, se pueden mejorar enfermedades o condiciones, indicando que hay una regulación genética a partir de las vivencias y experiencias que se van acumulando.
Por ejemplo, si una familia tiene un historial de enfermedades cardíacas, puede haber patrones emocionales relacionados con el estrés, la ansiedad y la falta de expresión emocional que se transmiten de generación en generación. Trabajar estos conflictos emocionales puede reducir la predisposición a desarrollar la misma enfermedad.
En esta terapia vas a encontrar una herramienta poderosa para comprender y abordar las raíces emocionales de las enfermedades. Y al trabajar las emociones, se da la posibilidad de recuperar el equilibrio y bienestar natural con el que fuimos creados, mejorando tanto la salud física como emocional.