El vínculo con la madre es una relación fundamental en la vida. Sobre todo, la forma en que nos relacionamos con ella en la infancia puede tener un impacto profundo a lo largo de la vida de una persona.
Vamos a explorar 3 aspectos de la vida que mejoran sustancialmente cuando se trabaja en el vínculo con mamá; el amor propio, la relación con la pareja y la relación con el dinero. Al sanar esta relación primordial, podemos experimentar mejoras significativas en estos tres aspectos.
Trabajar este vínculo materno significa reconocer como fue la verdadera relación con ella, sobre todo en nuestra infancia, también significa tomar conciencia sobre lo que pudo haber marcado profundamente las emociones en esa época, incluso en la etapa de nuestra propia gestación.
Puede que en el presente la relación con nuestra madre sea muy buena, lo que se debe tomar en cuenta es como fue antes y como lo vivimos cuando éramos niños.
Entonces, hablemos de estos 3 aspectos que, además, son cruciales en la vida de cualquier persona.
1. Amor Propio
Comenzamos por el amor propio, ya que es esencial para nuestro bienestar emocional y mental. La forma en que nos amamos a nosotros mismos está estrechamente relacionada con la forma en que nuestra propia madre se ama a sí misma. Si nuestra madre nos mostró un amor incondicional y nos enseñó a valorarnos, es más probable que desarrollemos una autoestima saludable y nos aceptemos tal como somos. Sin embargo, si el vínculo se vivió desde la ausencia, la rigidez, el control, falta de comprensión, conexión, es posible que enfrentemos dificultades para tratarnos bien a nosotros mismos.
Al sanar este vínculo, podemos liberarnos de patrones negativos y cultivar un amor propio, sólido y genuino. Estos cambios se reflejarán en el tipo de parejas que vamos a atraer e incluso en la salud mental y física de cada persona.
2. Relación de pareja
Las relaciones de pareja también se ven profundamente influenciadas por la relación con nuestra madre. La forma en que nos hacemos amar, pedimos amor y nos relacionamos con nuestra pareja a menudo refleja los patrones que aprendimos con nuestra madre. Si nuestra madre experimentó conflictos en sus relaciones de pareja, es probable que enfrentemos desafíos similares en nuestras propias relaciones. Por ejemplo, si ella vivió infidelidad, es posible que tengamos dificultades para confiar plenamente en nuestra pareja.
Al sanar el vínculo con nuestra madre, podemos liberarnos de patrones tóxicos y repeticiones innecesarias, además, establecer relaciones más saludables y gratificantes con los demás, sobre todo con la pareja.
3. Relación con el dinero
Sorprendentemente, la relación con nuestra madre también puede tener un impacto en nuestra relación con el dinero. Si el vínculo con mamá es o fue durante la infancia, carente, bloqueado, inestable, difícil o conflictivo, es posible que experimentemos creencias limitantes en torno al dinero. Estas creencias pueden manifestarse como miedo a la escasez, dificultades para recibir abundancia, dificultad para cobrar lo justo por el trabajo, o una relación desequilibrada con el dinero en general.
Muchas veces cargamos con culpas desde muy pequeños, las culpas se pagan la mayoría de veces con dinero, otras veces con enfermedad o ambas. Puede que la persona logre conseguir el dinero que necesita, pero lo pierda, se endeuda, lo gasta, lo presta, o lo desaparece rápidamente sin darse cuenta cómo. En estos casos se debe hacer un análisis más profundo para rastrear el origen del conflicto, el origen de la culpa, la relación y el vínculo con la madre en la infancia, la relación que tiene la madre con el dinero, y otros detalles que nos van a permitir comprender que es lo que ha pasado.
Al sanar nuestra relación con mamá, podemos liberar los bloqueos emocionales y las creencias limitantes que nos impiden tener una relación saludable y próspera con el dinero.
Queda claro que Sanar el vínculo con nuestra madre es un proceso profundo y transformador que puede tener un impacto significativo en nuestra vida. A través de este proceso, podemos mejorar nuestro amor propio, transformar nuestras relaciones de pareja y establecer una relación más saludable con el dinero.
Varias cosas a tener en cuenta, lo primero es que para sanar a mamá no es necesario que ella cambie, se involucre en tu proceso de autoconocimiento y sanación o incluso que este viva, lo otro es que sanar a mamá puede significar alejarme, vivir el vínculo desde la coherencia, lo que significa que si estar cerca de ella me afecta de alguna forma voy a tomar la distancia necesaria para encontrar mi paz.
Puede que hoy el vínculo con mamá sea maravilloso, y es perfecto, por eso lo que sanamos hoy no es a mamá en el presente, sino la relación de nuestro niño interior con la madre, que era nuestra madre en nuestra infancia. Quizás hoy ha cambiado, ha mejorado, es buena abuela, ha aprendido de la experiencia. Lo que realmente debemos sanar es las heridas del niño o la niña que fuimos, lo que paso en esa etapa de nuestra vida es lo que genera mayor conflicto en el presente.
Hoy es posible que el adulto pueda superar situaciones de la infancia que vivió en soledad, probablemente con dolor, miedo, decepción, rabia, situaciones que quizás no pudo expresar en ese momento y hoy es posible hacerlo a través de un trabajo de autoconocimiento que le va a permitir a través de diferentes herramientas identificar, liberar, comprender y sanar.
Al liberarnos de los patrones negativos y las heridas emocionales que se originan en nuestra relación con mamá, nos abrimos a un mayor bienestar, equilibrio y éxito en todas las áreas de nuestra vida. Recuerda que el camino de la sanación requiere tiempo, paciencia y autocompasión. Los resultados valen la pena.